A finales del siglo XIX discurre por Europa el discurso médico-higienista que ponía de manifiesto la prostitución como sinónimo de transmisión de enfermedades venéreas, destacando la sífilis como la más contagiosa.
En la imagen mostrada del autor Henri de Toulouse Lautrec (1894).se representa a dos mujeres en situación de prostitución , esperando con la falda levantada para pasar una inspección periódica obligatoria que era llevada a cabo por médicos y policías durante esta época.
Este control era imprescindible si las mujeres querían ejercer la actividad. Para ello, debían estar inscritas en un registro donde estas mujeres son convertidas en un objeto de observación e intervención por parte de policías y médicos. Si el resultado de las pruebas era negativo, podían continuar ejerciendo; por el contrario, si este era positivo eran hospitalizadas forzosamente para no transmitir enfermedades infecciosas.. Pero ¿Quién las trasmite a quién? ¿Acaso estas mujeres no habían sido infectadas por un hombre?
En este aspecto cabría destacar el discurso abolicionista de John Stuart donde reclama que al igual que estas mujeres deben realizarse exámenes periódicos, también debería de ser obligatorio para los hombres que las frecuentan.
Atendiendo a estos datos y centrándonos en el momento actual, se sigue estigmatizando a las mujeres prostituidas por transmitir infecciones de transmisión genital (ITG) cuando son ellas quienes han sido las infectadas previamente.
Dicho esto, se comprueba como existe una alta probabilidad de infección en ellas por los siguientes condicionantes:
– En algunos casos, la mayoría de estas mujeres proceden de otros países y desconocen el derecho a la atención pública sanitaria.
– Existen dificultades a la hora de acceso al sistema sanitario debido a diferencias que hay en cada comunidad, al estigma asociado al ejercicio de la prostitución, así como a los continuos movimientos en las que están sometidas.
A esto se añade el testimonio de muchas de ellas afirmando como el cliente sexual es capaz de ofrecer una cantidad muy superior a cambio de sexo sin protección, lo que hace que estén más expuestas a las diferentes ITG.
Y entonces volvemos a hacernos la misma pregunta ¿Quién infecta a quién?
Alisson Salazar.