Desde IEMAKAIE reivindicamos por el Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres celebrado hoy 28 de mayo y resolvemos las preguntas planteadas a continuación con el fin de sensibilizar e incidir en la lucha por una salud justa y accesible para todas las personas.

¿Existen riesgos distintos en función de género?
La respuesta es sí. En las relaciones heterosexuales vaginales o anales, las mujeres presentan una vulnerabilidad biológica del VIH superior a la de los hombres, ya que: 
– La superficie de la vagina o el ano es muy superior a la del pene.
– El riesgo de que se produzcan desgarros en la vagina o el ano durante el sexo es mayor, ya que estos recubrimientos son más delicados que la piel del pene.
– La duración de la exposición de la vagina o el ano al semen es mayor que el tiempo que el pene queda expuesto al fluido vaginal o la mucosa rectal.

En cuanto a la realización de lavados después de practicar una relación sexual, no es conveniente. Si se entra en contacto con fluidos genitales, es mejor limpiarse con un paño seco. La ducha vaginal puede propagar más el virus, por lo que el agua y el jabón pueden hacer que una membrana vulnerable sea una barrera aún más fácil de atravesar.

¿Es posible ser madre teniendo VIH?
Sí. El tratamiento antirretroviral hace que sea mucho más seguro. Este tratamiento además de tener beneficio sobre las madres lo tiene hacia los bebés, reduciendo casi por completo el riesgo de que se infecten. Sin el tratamiento la transmisión de VIH al bebé es del 25% y, con el tratamiento, el porcentaje está por debajo del 0,27%.
Todos los factores de riesgo de transmisión del VIH giran en torno a un único aspecto, cuidar la salud de la madre. Por esto, es realmente seguro tomar tratamiento antirretroviral durante el embarazo. Uno de los primeros beneficios de este es reducir el riesgo de transmisión vertical (transmisión de la madre al bebé) del VIH. Es cierto que siempre se recomienda no tomar medicamentos durante el embarazo, sin embargo, ese no es el caso del tratamiento antirretroviral. La ingesta de estos fármacos han supuesto el nacimiento de niños/as sanos/as en el mundo.
Es conveniente señalar que las desigualdades de poder entre hombres y mujeres colocan también a estas en una situación de mayor vulnerabilidad frente al VIH. No poder negociar el uso del preservativo, negarse a realizar sexo o determinadas prácticas sexuales no solo incrementan el riesgo de contraer el VIH (y otras ITS), sino que se han identificado como detonantes de agresión contra las mujeres.